Morir de Ganas

Estas ganas van marcando dudas,
mientras frunzo el ceño me pregunto
si es usted a quien quiero,
si es usted a quien mi corazón reclama
en esta tarde donde el sol se oculta,
y donde el café no hace falta.

Muero por hablarte,
por decirte y por contarte,
por contarte que muero de miedo,
porque así soy yo,
porque así siempre fui.

Sin embargo el diálogo no se da,
no porque no queramos sino porque nos aterra,
quizás más a mi que a ti,
pero si algo puedo decir
es que te extraño tanto como quizás tu a mi.

Muero por hablarte,
por decirte y por contarte,
contarte que me muero, y te extraño,
decirte que me haces falta,
que me haces falta y que ya no me queda nada.