Empírico

Ya sosegada el alma meditabunda y la curiosidad impaciente,
me pregunta la razón que ante una duda se yergue,
si es el sentimiento lo que salva del vacío al alma.

Benevolente lógica, ayúdame a encontrar una salida,
sé que soy un ladrón, de risas y sonrisas,
verdugo de amarguras, presidiario de verdades.

Al menos dime si el amor se hizo para mí,
o si soy yo muy despistado para él,
porque creo que él es despistado conmigo.


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