¿Me da una oportunidad?
No me diga usted que no soy yo el indicado,
si para el amor no hay indicadores,
sin embargo no puedo prometerle nada,
tan sólo soledades juntos, juntos y rebosantes,
rebosantes de alegrías, y amaneceres tintilantes.
Yo no soy perfecto y aunque usted no lo sea, lo es,
mas en mi castillo usted es mi reina,
aquella de dulce mirada e inocente obrar,
el alma más pura como la niña que usted es.
Aquellos que dicen que a amar se aprende,
no han conocido el amor,
porque yo sin saberlo ya la estoy amando,
pero dígame usted ¿Podrá hacer lo mismo?
O ¿aprenderá a amarme?
No se deje sorprender, y suelte la razón,
si le cierra la puerta al amor mía será la sorpresa,
tal vez no sea lo suficiente ni lo que busca,
pero si me toma en su presente,
amarla prometo para siempre.
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