Ajeno a ella y al mundo
Esta de sobre decir que eres ajena,
eso lo sé aunque no estés con nadie,
sigues siendo ajena aun cuando estés con alguien,
pero dime tú... ¿Seguimos siendo cómplices?
Y el silencio le respondió tan dubitativo como ella,
lo ahogó en complicidad con el tiempo infinito,
él hasta ahora se pregunta, y seguirá preguntándose;
él ya no hablará, solo esperará la respuesta que siempre esperó...
Muriose junto con él aquella lágrima de tristeza,
y su cadáver junto con el humo se desvaneció,
no importó el lugar, el tiempo, ni los testigos,
solo se hizo y solo pereció, solo vino y solo se fue.
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