¡MUERE!

Sentir el palpitar de una dulce agonía tras cortar el frio de tus manos, revelar una pasion llevada a la cima de la montaña de excitación, sentir el climax de tu llanto y alcanzar en tu pena el orgasmo; eyacular la calma en esos pechos de angustia y quitarte la amarga y virgen felicidad.

Saber que no es la pose, saber que no existe un kamasutra para encontrar la sangre del placer, querer y desear, masturbar tu mente como un enfermo mental, romper el silencio de tu psique, ahuyentar a esos bastardos sentimientos que nacen del corazon para conseguir un poco de calma.

Imagina que estas atado a una cama, imagina que vomitas el orgullo, imagina que se acaban los minutos y las horas, imagina que has de vivir moribundo, imagina que ya no puedes imaginar, imagina... imagíname y dime... ¿Cómo soy? ¿Qué siento al verte sufrir lentamente esa agonía?

Si logras tan sólo describirme y mencionar dos características mías, logras tu salvación, porque soy aquel que ha raptado tu mente, porque soy aquel que ha raptado tu vida, porque soy aquel que te ha llevado al suicidio del alma, donde sucumben tus miedos, donde sucumben tus ilusiones, donde sucumbe tu triste y moribunda vida...

¡MUERE!

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